Con el inicio de la segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos, Tamaulipas se ha consolidado como el principal punto de repatriación de migrantes mexicanos. Durante los primeros dos meses del 2025, se registraron 7,338 deportaciones en la entidad, lo que representa el 31.6% del total nacional en ese período, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
Este fenómeno coincide con la reactivación de la política antimigrante promovida por Trump, quien asumió nuevamente la presidencia el 20 de enero. A pesar de las amenazas de deportaciones masivas, las cifras muestran una disminución generalizada del 20.5% en deportaciones a nivel nacional en comparación con el mismo período de 2024, cuando Joe Biden aún estaba en el poder.
La razón principal por la que Tamaulipas concentra tantas deportaciones se debe a su infraestructura fronteriza de alta capacidad. Los puentes más utilizados para la repatriación durante los primeros meses del 2025 fueron el puente Nuevo Laredo II “Juárez-Lincoln”, con 3,440 deportados; el puente Puerta México (Matamoros II), con 2,546; y los cruces Reynosa-Hidalgo y Benito Juárez, con 1,352 repatriados. Además, la cercanía geográfica con Texas, un estado clave en la política migratoria estadounidense, fortalece el flujo constante de repatriaciones.
A pesar de que Tamaulipas es el punto principal de retorno, la mayoría de los deportados no son originarios del estado. Los datos muestran que los deportados provienen principalmente de Guerrero (1,836), Puebla (1,809), Guanajuato (1,679) y Chiapas (1,626), mientras que 1,037 deportados fueron tamaulipecos. Esta distribución refleja los amplios desplazamientos de migrantes desde diversas partes del país hacia la frontera norte.
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha reavivado el discurso antimigrante, apelando a sectores de la población estadounidense con preocupaciones sobre seguridad y un enfoque xenófobo. Según el investigador Óscar Misael Hernández, del Colegio de la Frontera Norte, esta narrativa sigue teniendo un impacto en la política migratoria estadounidense. A pesar de ello, durante su primer mandato, Trump deportó a menos personas que su antecesor Barack Obama, quien tiene el récord de repatriaciones en la historia reciente.
Mientras tanto, en Tamaulipas, las autoridades locales enfrentan desafíos logísticos, sociales y humanitarios derivados del creciente volumen de repatriaciones. Los centros de atención temporal para migrantes y repatriados están siendo superados por la demanda, y la situación sigue siendo una de las más complejas en las políticas migratorias en la frontera norte. La dinámica migratoria en Tamaulipas sigue siendo un tema crucial en el contexto de las políticas migratorias de Estados Unidos bajo el gobierno de Trump.
Fuente: Posta