La pesquisa contra la presidenta de Perú, Dina Boluarte, se amplía para incluir el presunto delito de cohecho pasivo impropio, sumándose a las acusaciones previas de enriquecimiento ilícito.
El foco de esta nueva fase se dirige hacia varios relojes de lujo Rolex que Boluarte lució en eventos públicos, generando dudas sobre la legitimidad de su adquisición y posesión.
El Ministerio Público, a través de su Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales, busca esclarecer cómo la presidenta obtuvo estos objetos de lujo.
La investigación se extiende también a Wilfredo Oscorima, gobernador regional de Ayacucho, quien admitió haber prestado los relojes a Boluarte y ahora enfrenta cargos por cohecho activo genérico.
La situación se complicó luego de registros domiciliarios realizados tanto en la residencia de Boluarte como en el Palacio de Gobierno. Durante un extenso interrogatorio con fiscales, Boluarte negó poseer relojes Rolex o joyas de alto valor, pero más tarde admitió haber utilizado los relojes prestados por Oscorima, argumentando que ya los había devuelto.
A pesar de sus intentos por desmentir los rumores sobre su riqueza, la Fiscalía incautó tres relojes Rolex y una pulsera propiedad de Oscorima, quien enfrenta múltiples investigaciones por corrupción.
Este caso sigue desarrollándose en un clima político y social tenso, con Boluarte bajo escrutinio no solo por su integridad personal sino también por su capacidad para liderar Perú en un momento crítico.
Fuente: Por Esto